domingo, 10 de abril de 2011

Primer Ensayo- Materia Gerencia del Cambio


El cambio es una situación que la mayoría no quiere pero que muy adentro en el inconsciente todo el mundo sabe que en su momento llegará, para nadie es un secreto que la mayoría de la gente detesta el cambio, y no tanto por el hecho de cambiar en sí mismo sino por el desconocimiento de lo que sigue adelante, en un camino donde lo único que palpamos es el presente y caminamos con una venda sin saber para donde se dirige, solo con la seguridad en la mente de para donde se va, en base a las metas que nos pautamos, sin más ni menos.
Ahora, la autora Liz Simpson nos invita a hacer reflexión personal en su libro “Trabajar con corazón”, donde la misma expone “claves para recuperar el entusiasmo y lograr el éxito en la vida laboral”, evidentemente al leer el capítulo del libro llamó la atención algunas frases que poseen un significado más allá, dándoles un carácter semántico más profundo que toca parte de la experiencia como persona o las opiniones que mi persona tiene.
Subsecuentemente me tomo la libertad de explicarlas según mi criterio y, adicionalmente algunos ejercicios en forma de pregunta que la autora da, las respondo como si las mismas fuesen parte del ensayo.
¿Tienes interés en cambiar las cosas?
En las citas a continuación la autora expone su visión de cómo la gente se enfrenta a los cambios, y la percepción de miedo que algunas personas pueden sentir debido al miedo a lo desconocido, Simpson (2000) “La Sociedad se basa en la capacidad de cambio”. Esta afirmación nos revela una característica de la naturaleza humana que aunque como dirían algunos “el ser humanos es un animal de costumbres”, aun así, el mismo tiene la necesidad de innovar de buscar lo nuevo, de experimentar nuevas experiencias, de ver lo que antes nunca se había visto, sin embargo esta necesidad de cambio el ser humano solo es capaz de verla positivamente cuando no es forzado a ella, cuando el cambio se genera por la voluntad de individuo, mas no por circunstancias ajenas a él de su entorno que lo lleven a tener que cambiar.
Aun así es común escuchar lo que la autora expone, Ob. Cit. (2000) “Entonces, ¿Por qué pensar que estamos en contra del cambio”. Será por eso que somos una especie de contrastes o de opuestos donde buscamos justamente lo que es contrario a nosotros, lo que no es común y lo que no vemos todos los días, nos aburrimos de lo cotidiano, y de la monotonía, de ver las mismas películas, de usar la misma ropa, de ir siempre al mismo sitio a comprar la misma comida, entonces es cuando preferimos el cambio, siempre y cuando el mismo sea de nuestra elección. Esto es cosa que se entiende con su siguiente exposición Ob. Cit. (2000) “Cambiaremos siempre y cuando el momento y las expectativas coincidan con lo que pensamos que debe ser”.
Lo que el ser humano sueña busca convertirlo en realidad porque primero lo diseña con su mente y luego lo crea con sus “manos”, sin embargo la autora dice, Ob. Cit. (2000) “Se ha descrito el cambio como la interrupción de nuestra expectativas”. Y esto puede ser debido a que las expectativas son las planificaciones que tenemos de lo que aún no ha ocurrido, cosa que lleva a la gente a sentirse frustradas cuando esa planificación por algún factor no se logra sea por tiempo, por razones económicas o de motivación.
Sí llevamos más allá al cambio y lo tomamos en el marco del mercadeo vemos que la autora dice: Ob. Cit. (2000) “Los productos y los servicios no solo satisfacen nuestras necesidades de cambio sino que se adaptan a nuestra permanente falta de tiempo”. Ese interés o disgusto por el cambio que existe dentro de la gente vista como potenciales clientes ejercen presión en el mercado, haciendo que este tome decisiones para satisfacer las ansias de seguridad o de innovación de los mismos tienen, la autora también comenta que: Ob. Cit. (2000) “Al decaer nuestra posibilidad de espera, disminuye nuestra voluntad”. Lo que trae la idea de que no solo influye en el mercado de producción de bienes sino también en los servicios que se prestan al decir: Ob. Cit. (2000) “Eres tú- como consumidor- el que provoca el cambio”. Y ambas afirmaciones son muy ciertas debido a que el consumidor final es quien siempre tiene la última palabra, quien decide, quien otorga la aprobación real de un producto o servicio desde su ángulo en el mercado que es la selección y posterior compra o el rechazo y lo que es mucho peor la mala reputación que se pueda generar de la boca de los clientes.
Situación que tiene extrema significancia cuando la autora dice: Ob. Cit. (2000) “Tus prejuicios inhiben tu adaptabilidad”. Contexto donde el cliente se encuentra y que lo va a coartar de elegir un determinado producto o servicio en base a sus experiencias vividas, cosa que cada vez que se encuentre con esto lo llevara a tomar la decisión de rechazarlo sin si quiera conocerlo.
La Historia de Jackie
A nivel laboral la gente es incapaz de querer perder su estabilidad, por lo menos hasta que encuentre algo más seguro que le permita una estabilidad mayor a la que ya posee, en las citas a continuación la autora toma en cuenta la historia de una chica que vive una realidad que muchas personas han pasado, mi persona incluido, y de que nadie realmente esta exento de que en algún momento le ocurra, sin embargo lo enfoca desde una perspectiva de cómo tenemos la capacidad de ver positivamente una situación desagradable, en ese orden de ideas la autora Ob. Cit. (2000),  cita lo siguiente:
“Al darse cuenta de lo que podía expresar dibujando globos, se sintió muy satisfecha y se dedicó a aprender este arte en detalle. Cuando comenzó a fabricar sus propios globos, descubrió que la gente apreciaba su talento y la recomendaba”.
Es pues evidente que la satisfacción del reconocimiento público es un factor de peso al poder elegir un trabajo, fuera de las elecciones por necesidad, no importa lo que se haga mientras lo que se realice se haga bien, y que esa labor te llene, ya hay un primer paso a la satisfacción laboral es hacer las cosas gusto más que por necesidad.
Sin embargo enfrentarse a hechos de la realidad donde se te fuerza a un cambio no siempre es fácil, situación que la autora Ob. Cit. (2000),  refleja al decir: “A ella, en un principio, le costó renunciar al trabajo en la compañía aérea porque formaba parte de su vida; pero el entusiasmo que sentía por los diseños de colores la llevó a intentarlo”. Es pues una situación a la que no puede escapar pero tener un plan de reserva o una opción adicional a que dedicarse y además hacerlo con gusto fue lo que hizo que su transición no fuese difícil, sin embargo en realidades como la latinoamericana donde las realidades nacionales son otras y donde hay cada vez más gente enfrentando esta situación el levantarse nuevamente a veces no es tan fácil. Cabe la pena destacar que estar en un sitio haciendo algo, no necesariamente es estar ahí de mente y corazón en lo que se hace, pues como la autora Ob. Cit. (2000),  plantea:
“Admite que, durante los últimos años en la empresa de aviación, no ponía su corazón en el trabajo y se había resignado a no encontrar una buena posición en la vida. Ahora aconseja a todos los que sienten pasión por algo que aprovechen la oportunidad. Está a favor del cambio, garantía de una satisfacción real”.
Así mismo, una vez alguien dijo “Sí te conformas con un segundo lugar, así serás toda la vida”, sí no se sienten ánimos por lo que se hace, o la necesidad es tal que te empuja a elegir lo primero que llega, es difícil motivar a quien hace lo que hace porque no hay más nada, pero encontrar una alternativa y el momento justo para tomar esa oportunidad es todo lo que se necesita para salir de ese círculo vicioso que es la decidía laboral al hacer las cosas apáticamente y sin convicción por lo que se efectúa.
¿Estás preparado para aceptar un cambio?
Ahora bien, la aceptación es una acción que se da luego de algún otro suceso positivo o negativo, pero que se realiza de forma gustosa o no según el suceso en sí mismo, la autora en las citas que siguen expone la visión del individuo ante la circunstancia y su comportamiento ante ella, interesante sería hacerse la pregunta de si uno está preparado o no para un cambio no cuando está abajo en la ola sino también cuando se está sobre ella, a continuación la autora Ob. Cit. (2000),  propone lo siguiente:
“Hablando de una forma global, sacas ventajas de las oportunidades cuando se presentan y consideras los desafíos en el momento adecuado. No obstante, ¿estás seguro de que las diferentes áreas de tu vida están equilibradas? La gente que saca esta puntuación posiblemente tenga la vida dividida. En el trabajo tratas de evitar riesgos y te gusta tener todo bajo control. En cambio, en tu tiempo libre llevas una vida social impredecible, llena de altibajos”.
Este ejercicio que se expone en el libro termino por darme el resultado antes expuesto, escenario que me dio cierto agrado debido a que es tal como defino mi vida, explico, tuve la oportunidad de estudiar Licenciatura en Hotelería, carrera que te exige en el campo laboral un alto nivel de perfeccionismo, ya que lo que se busca no es vender al hotel en sí mismo, sino detalles, y más que el servicio son los recuerdos lo que la persona se lleva, ahora bien, durante mi pregrado viví en la Isla de Margarita durante el tiempo que duró la carrara, y pude aprender debido a la pérdida de unos muy estimados amigos que no todo en la vida es ese perfeccionismo y como dice la expresión “hay que tomarse la vida con Coca-Cola”, sin embargo sabiendo ubicar donde va la “Coca-Cola” y donde va la “responsabilidad”, pues para mí y basado solo en mi opinión, de la puerta para adentro de la empresa donde trabaje, sobre todo en las empresas de servicio, buscaré siempre esa perfección debido a que sé que nunca realmente se alcanzará, porque en la hotelería todo siempre es inesperado y la única constante es que nunca es igual y los problemas siempre están a la vuelta de la esquina, sin embargo me gusta lo que hago, y si le puedo dar ese valor agregado de mi parte siempre lo encontrarán, ahora de la puerta para afuera, la vida hay que llevarla con relajación, disfrutando cada día, observando cada atardecer, disfrutando de cada conversación y como diría con mis amigos de oriente, tomándome un buen vino y disfrutando de una buena compañía. La vida es una sola, no hay dos y el sabor de cada momento dura muy poco, si no se tiene la madurez de saber aprovechar cada instante que no se repetirá se llegará a viejo amargado, sí es que se llega. Pues bien, entender que ese gusto por la vida es aceptar que siempre todo estará en constante cambio, la autora Ob. Cit. (2000),  comenta:
“La cuestión principal no es sólo el manejo del cambio sino que podemos hacer para resolver la ambigüedad. No podemos predecir el futuro mediante el recurso de pensar en el pasado. El miedo a lo desconocido, a todo lo que no hemos experimentado, es humano”.
De los saberes populares hay uno muy común y conocido que reza algo así “todo tiempo pasado fue mejor”, la gente siempre dice eso al referirse a su falta de control del presente y su queja por una difícil situación en comparación a lo que era costumbre para la persona antes, ahora bien, sí es una constante el cambio, tan incongruente como pueda sonar, el miedo tal vez radique en pensar que “mañana será peor que hoy”, el que piense así evidentemente su siguiente mañana será más negra que la anterior, puesto que no ve al siguiente día como algo que puede traer mejoras o innovaciones, sino algo que viene a perturbar la paz que medio ha logrado en el presente, sin embargo esa conducta es humana e inculcada por la sociedad, faltaría entonces dar un paso más allá y madurar el concepto y buscar ver al vaso medio lleno, cosa que solo puede ser hecha por uno mismo, nadie podrá hacerlo por ti. La autora ejemplifica muy bien lo antes dicho de la siguiente manera: Ob. Cit. (2000) “Es cierto sólo a medias que a las personas no les gusta el cambio, lo que sucede es que nos disgusta el control de nuestras vidas o, aún peor, que nos gobiernen los acontecimientos y no nosotros a ellos”. Es tanto así que las sociedades inculcan en el ser humando ideas preconcebidas, que hacen al mismo ver más allá de lo que existe fuera de su control, la autora Ob. Cit. (2000),  dice lo siguiente:
“Esta necesidad de control se nutre de los condicionantes, los prejuicios y los miedos que sentimos ante eventos ambiguos; si bien el cambio implica alguna idea de lo que esperamos, la ambigüedad es indeterminada, vaga, oscura, incierta y equivocada. Por ello nos hace falta instrumentos y métodos que la resuelvan, más que saber manejar el cambio”.
            Son pues estos métodos los que deben buscarse aprender sea de forma consciente mediante cursos o materias didácticas, o inconscientemente debido a la necesidad innata de controlar las situaciones cambiantes que la vida te presenta, o luego de haber experimentado los cambios que la vida da, simplemente adaptarse a que eso siempre sucederá. Situaciones que no solo viven las personas sino también las empresas de hoy en día, así lo expone la autora al decir: Ob. Cit. (2000) “En el mundo actual de los negocios, la compañías se enfrentan al problema de que las soluciones del ayer no resuelven los retos del mañana”. Motivando así al hecho de encontrar nuevas soluciones para los nuevos problemas, sin embargo a veces el problema radica en que las personas que están se adaptan a pensar de la misma forma siempre, y se necesita de nuevos talentos con nuevas ideas o teorías que permitan resolver lo que hoy es considerado una problemática, es así de forma similar cuando la autora lo expresa de la siguiente forma: Ob. Cit. (2000) “Todo cambia demasiado rápido. En consecuencia, necesitan comprometerse y rodearse de gente con ideas originales”.
Una de las formas de resolver las disyuntivas de los cambios, que es en si el miedo a lo que viene porque en consecuencia pudiese ser malo es simplemente pensar que no existe cambio malo en lo absoluto, la autora lo ve de esta forma: Ob. Cit. (2000) “Una de las maneras más efectivas de viajar por nuestra vida es pensar en términos generales, no en cosas ‘buenas’ o ‘malas’”. Es así pues la forma real en que mi persona funciona, hace un buen tiempo entendí que realmente lo que me pasa nunca es malo aunque circunstancialmente pueda pensar lo contrario, considero de mi persona ser un gitano, nací en Caracas, a los dos años me mudaron a Puerto Ordaz, a los dieciséis años me fui a vivir a otro país a USA, a los dieciocho regrese a Venezuela para comenzar a estudiar en la universidad, luego me mude a Margarita y transcurrieron 5 años allá y desde hace un año y medio hasta apenas hace un mes para la fecha de mi graduación estuve constantemente viajando entre la isla y la ciudad de Valencia, de ese modo mi vida siempre ha sido un constante cambio, situación que he aprendido a disfrutar, conozco muchísima gente, soy dado a entablar nuevas amistades, y desde mi punto de vista busco verlo como oportunidades, no siento que me empujan sino que me dirijo gustosamente de frente al cambio, ya hoy en día estoy planificando que luego del postgrado iré a vivir a USA nuevamente.
Entonces para mi aplico la frase donde la autora menciona que: Ob. Cit. (2000) “Una persona muy sagaz dijo: ‘no existe el mal tiempo, pero a veces la ropa no es la adecuada’”. Donde las circunstancias quizás no sean las más cómodas o tal vez adecuadas, pero estoy en el momento y lugar adecuando para vivir lo que está pasando. Nadie está viendo lo que yo y nadie está viviendo mi experiencia en este mismo momento y lugar así que hay que buscar entender que es lo que tengo que aprender de todo esto, que para mí realmente nunca es negativo, razón por la cual comulgo con la siguiente frase de la autora Ob. Cit. (2000),  cuando expresa:
“Si logras que la ambigüedad de tu vida laboral sea tan simple como estar expuesto a vivir algunas sorpresas de vez en cuando, vivirás esos sucesos impredecibles de forma relajada y positiva. Y, aún más, si has establecido los parámetros de tu fuerza, tus aptitudes y tu pasión, es que confías en tu capacidad laboral”.
            De esa manera es que veo la existencia, dispuesto a vivir sorpresas pero con la mente abierta al cambio y esperando que cosa nueva me trae la existencia, pues porque simplemente así agradezco estar vivo.
El arte de la objetividad
            En estas citas a continuación la autora expresa su punto de vista ante el poder creativo de nuestra mente, pues al igual que ella, para mí la mente crea las realidades en que vivimos y las diseña tal cual lo que previamente queríamos de esta, pues entre más diseñas como no deben ser las cosas en tu mente, más fuerza le das, en vez de gastar esas energía precisamente en como deseas realmente que las cosas sean. Ella lo expresa de la siguiente manera: Ob. Cit. (2000) “Es vital un objetivo convincente, ya que lo que concebimos en nuestras mentes crea y da forma al futuro”. Y no es un arte esotérico ni nada extraño lo que está diciendo, un arquitecto crea en su mente el edificio y lo trae al mundo de la existencia por su capacidad creativa, así mismo objetos de la vida diaria fueron en su momento parte de la imaginación de alguien.
            Así mismo, me agrado muchísimo la siguiente frase en este caso una cita tomada en este caso de otro autor pero que ella utiliza diciendo: Ob. Cit. (2000) citando a Chopra “Si encuentras un ideal superior o algo excitante, debes cambiar de direcciones sin pensar en el momento, aunque ello implique incertidumbre”. La oportunidades las pintan calvas dice el saber popular, es esa forma que cuando algo que realmente llama la atención es porque vibra en una misma onda que lo que llevamos dentro y nos dice muy clara mente cual es el camino que debemos seguir que nos lleve a un estado vibratorio más agradable y feliz aunque las circunstancias sean más difíciles, es pues que comulgo con la siguiente frase igualmente de otro autor: Ob. Cit. (2000) Citando a Jeffers “… o cualquier otra cosa que el Gran Diseñador tenga reservado para mí. Todo acontece para mi bien”, es de esa forma que si la mente diseña que lo que llega a ti es algo bueno la atracción del universo llevará eso a tu vida y viceversa.
Suposiciones acerca del despido y el desempleo
En esta parte del ensayo la autora hace ver la posibilidad de enfrentarse a una situación de despido, pero es la actitud ante esta la que hace la diferencia ante las acciones a tomar posteriormente a que esto ocurra, Ob. Cit. (2000) ella se refiere a esto así:
“Hay una gran probabilidad de que en algún momento de nuestras vidas escuchemos las siguientes palabras: ‘Lo siento, pero tenemos que prescindir de usted’… Pero si consideramos que el rechazo es debido a la pérdida del trabajo, los sentimientos que prevalecen son de vergüenza y humillación”.
Se vuelve a tocar el tema de los países en situación de ambigüedad muy alta como lo es el caso venezolano, y tomado como ejemplo la situación actual en margarita, donde las empresas se ven forzadas a no poder contratar a la gente por más de tres meses debido a una cantidad de obligaciones de ley, hacen inestable al mercado de trabajo y crean una muy alta rotación, donde no importa el nivel ni la clase de trabajo en tres meses te pueden sacar, y sí por actitud y aptitud te destacas te dejen por otros tres meses más, sin embargo ella muy bien refleja que: Ob. Cit. (2000) “En la actualidad no existe ninguna garantía de un empleo seguro; así manifiestes un gran delirio por el trabajo o una presencia radical”. Tanto es así, que no importa lo bueno que alguien sea lego del segundo contrato el empresa “debe” prescindir del empleado sin importar el que mismo sea un gerente o un empleado de línea.
La siguiente oración evidentemente para mi evidentemente toco una fibra muy profunda, ella menciona: Ob. Cit. (2000) “Cuando uno se enfrenta a situaciones adversas, como la pérdida de la pareja o la muerte de un ser querido, se da cuenta de hasta qué punto ponemos énfasis en las cosas carentes de importancia en la vida”. En mi caso a mis veintiséis años he perdido a cinco amigos, uno quemado en un accidente de tránsito, otro por unos asaltantes en el lugar donde trabajaba, una amiga en USA murió de leucemia y dos más hace un año y medio en un accidente de tránsito, noche en la cual me invitaron a salir con ellos y por algo tan simple como decir que “esta noche no”, hoy estoy aquí vivo, o el hecho de que tenía una semana en USA cuando cayeron las torres gemelas, o que estaba por allá cuando el once de abril, todas son situaciones que me han hecho pensar en la posibilidad de la muerte como algo constante, inesperado y donde uno nunca está realmente preparado, pero aun así de todo algo se aprende y cuando me preguntan qué quieres realmente, solo puedo decir “ser feliz” hacer lo que me llene, no quiero hacer nada en la vida que me haga salirme del hecho de que hoy estoy vivo y gente que he adorado ya no está, que no me vieron graduarme, pero en los que siempre pienso, y de una forma extrañamente mórbida busco vivir y sentir, en memoria de aquellos que ya no lo pueden hacer, donde mis triunfos y mis derrotas son experiencias que me hubiese gustado compartir.
En estos momentos estoy en búsqueda de trabajo nuevamente, extrañamente ahora que tengo título en mano, me llaman menos de lo que lo hacían cuando solo era estudiante, ella menciona: Ob. Cit. (2000) “El estatus es irrelevante porque no es lo que somos. Recuerda que el único respeto que necesitas es el tuyo”. Muy cierto que el único respeto que necesitas es el tuyo, pero también es muy cierto que el único reconocimiento que necesitas también es el tuyo y, aún no existe la manera correcta de demostrar el reconociendo por las metas alcanzadas, debido a que en mi opinión el que descredita el reconocimiento propio es porque nada le costó, haber pasado por situaciones difíciles viviendo solo, trabajando y estudiando en pregrado, teniendo que recorren una distancia relativa a Maracay-Valencia diariamente para trabajar y estudiar, y poder llegar a dormir luego, situaciones como dormir todo un mes en el piso arrimado en casa de un amigo, o tener que andar “para arriba y para abajo” con un yeso entre Punta de Piedras-Porlamar-La Asunción, con la convicción de trabajar y estudiar para salir adelante, entre muchas otras, son cosas que tengo en mi mente grabadas y me recuerdan que el título de Licenciado que obtuve no fue de gratis, y se merece tenerlo bien en alto, y lo consideraría a mi persona una falta de respeto sí algún día me llego a olvidar lo que significa una simple palabra pero que con esfuerzo me he ganado.
Es por eso que la siguiente cita refleja mi forma de pensar actual, sabiendo lo profesional que puedo ser, y sabiendo lo que puedo dar, estoy de acuerdo con lo siguiente donde la autora Ob. Cit. (2000),  cita:
“Evita el reflejo condicionado de aceptar lo primero que te ofrecen. Date la oportunidad de cambiar; mientras tanto, modifica la situación de alto riesgo en que estás. Una vez hayas descubierto tu vocación- gracias a escuchar, esperar y confiar-, te sentirás competitivo. Seguramente no volverás a estar expuesto a las siguientes palabras: ‘Lo siento, pero tenemos que prescindir de usted’”.
De esa forma me doy el tiempo, al mismo tiempo que sigo buscando, así mismo el tiempo no se debe perder, situación que me lleva a hacer esta maestría para seguir dando pasos adelante en pro de mi formación como profesional, así en mi mente diseño lo que quiero ser y se esa forma: Ob. Cit. (2000) “Mira tu futuro, huélelo, saboréalo, siéntelo, escúchalo y figúrate cómo será… No te detengas hasta no haber pensado al menos en cinco o seis escenas en las que trabajarías con el corazón”. Hoy en día me siento satisfecho por todo lo que he vivido y experimentado, cosas “malas y buenas” porque me han hecho lo que soy y concuerdo con la idea de la autora cuando dice: Ob. Cit. (2000) citando a  Frankl “El hombre no sólo existe, sino que siempre decide cómo será su existencia, lo que llegará a ser mañana. Del mismo modo, cada ser humano tiene la libertad de cambiar en cualquier momento”. Frase que me hace recordar la primera discusión que tuve con una profesora cuando estaba en cuarto grado, ya que ella decía que uno podía llegar a conocer perfectamente a la gente, me paré y le dije: “Usted se equivoca porque sí uno no llega a conocerse a uno mismo un ciento por ciento menos puedes esperar conocer a alguien de esa forma” por su puesto una “profesora” no iba a tomar la opinión de un niño de nueve años, sin embargo me hizo reflexionar ante la conclusión a la que pude haber llegado a tan corta edad.


BIBLIOGRAFÍA

Simpson, Liz (2000), Trabajar con Corazón, Integral, 1 Ed. ISBN: 978-84-7901-522-0

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